lunes, 14 de diciembre de 2020

Hoja oficial de la provincia de Barcelona: Época Segunda Número 580 - 1937 Enero 25, pág. 3

Ayer, domingo, por la mañana, en el cine Alegría, de Tarrasa el anunciado acto de afirmación sindical agrícola, organizado por la Unión de Rabassaires. Presidió el consejero municipal de Agricultura, compañero Torres.

En primer lugar habló el compañero Ramon Mas. Se refirió a la evolución que ha experimentado el campo catalán durante siglos, y puso de relieve cómo el campesino catalán ha sido un favor decisivo en la transformación política y social de nuestro país. Hablando de colectivismo agrícola, dio interesantísimos detalles de la evolución que este problema ha sufrido en la URSS, y afirma que hoy por hoy el campesino catalán prefiere seguir trabajando en régimen familiar. Acabó refiriéndose al Decreto de Sindicación obligatoria y enumeró las ventajas que su aplicación tendrá que reportar a la economía política del país.

Finalmente hizo uso de la palabra el compañero Luis Ardiaca, director general de Agricultura de la Generalidad. Se refirió a las negociaciones que para llegar al establecimiento de un plan común de acción en materia agraria se habían iniciado entre la Unión de Rabassaires, Confederación Nacional del Trabajo y la Unión General de Trabajadores, y lamentó que tal acuerdo no hubiese sido posible. Afirmó, no obstante, que la Consejería de Agricultura, hoy representada por la Unión de Rabassaires, conocedora de las aspiraciones de una y otra organización, tendería a darles satisfacción, pero afirmó el derecho de la Unión de Rabassaires a llevar, por razón de su historia, de su capacidad y de su importancia en el campo de Cataluña tiene planteados. Se refirió a las polémicas entre los partidarios de la colectivización de la tierra y los partidarios de mantener el régimen de explotación familiar, y después de justificar el hecho de que se promovieran por razón de la aspiración noble de muchos sectores de transformar el régimen de explotación agrícola, afirmó que la colectivización agrícola había de alentarse y ayudarse por todos los medios en las tierras tomadas a los facciosos que hubiesen sido trabajadas por administración, pero es que en cambio había que oponerse enérgicamente a todo intento de colectivización forzada de las tierras en contra de los deseos de los cultivadores. Indicó a continuación que la pretensión de algunos de presentar los actuales conflictos en el campo como una lucha entre jornaleros y cultivadores es totalmente injustificada y afirmó que los cultivadores están dispuestos a ceder las tierras que tengan en exceso a favor de los jornaleros. Se refirió al concepto de la colectivización y manifestó que desgraciadamente son muchos los obreros que con una conciencia deformada por el régimen capitalista, del asalariado, pretenden buscar en las colectivizaciones el mismo salario que anteriormente sin querer asumir ninguna de las responsabilidades que se derivan de la noción de colectividad. Finalmente, el compañero Ardiaca, resumió su discurso en las siguientes fórmulas que ofreció como posible punto de coincidencia de todos los sectores que actúan en el campo catalán: 1º Colectivización de las tierras tomadas a los facciosos con la ayuda técnica y financiera de la Generalidad. 2º Mantenimiento y respeto a la explotación familiar. 3º Redistribución de tierras para absorber a los jornaleros y convertirlos en cultivadores colectivos o familiares, según su voluntad, y 4º Sindicación obligatoria de unos y otros en cooperativas agrícolas únicas para la realización de todas las actividades económicas propias del campo.

Los oradores fueron muy aplaudidos.

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