lunes, 8 de octubre de 2018

El Diluvio, Edición 17 de mayo de 1935, pág. 11


Mientras un pastor, domiciliado en esta ciudad, se hallaba acompañando unas cabras de su propiedad por las cercanías de la línea ferroviaria del Norte, en el lugar conocido por el paso a nivel de Can Boada, un tren descendente hizo su aparición, espantando a los animales.

Estas emprendieron veloz carrera y cuatro cabras se metieron en la vía, siendo alcanzadas y destrozadas por el convoy, ante la desesperación del pastor propietario.

Sigue la lectura de cargos contra ciudadanos procesados por los hechos revolucionarios de octubre último.

Entre los acusados figura el alcalde popular del suspendido Ayuntamiento egarense, ciudadano Samuel Morera Ribas, y los concejales del mismo Miguel Palet, Valentín Puigdoménech, José Petchamé, Juan Mateu y Juan Llach.

Las mencionadas diligencias terminarán hoy, puesto que han sido citados los últimos encartados por los mencionados hechos.

Dichas diligencias son efectuadas por el Juzgado militar eventual que entiende en el sumario antedicho.

Cuando un grupo de trabajadoras de la importante razón social de esta ciudad S.A. Manufactura Textil se cambiaban de ropa para salir a la calle, ya cumplida la jornada, desprendióse un pedazo del suelo del vestidor, cayendo por el boquete abierto la muchacha de 17 años María Subirana, habitante en la calle de Vinyals, 30.

Inmediatamente sus compañeras de trabajo y obreros que aparecieron a los gritos de las muchachas, socorrieron a la pobre joven, llevándola al botiquín de la fábrica mencionada, y de allí al Dispensario de la Mutua de seguros donde el doctor Palet la asistió de varias lesiones en la espalda y brazo y muslo izquierdo, siendo trasladada después a su domicilio.
Las heridas sufridas han sido calificadas de leves por el doctor que la asistió.

Durante la tormenta que se desencadenó hace dos días sobre esta localidad, uno de los muchos rayos que zigzaguearon por el espacio fue a caer en la central eléctrica que subministra luz y fuerza a la parte alta de Tarrasa, sobre todo en la barriada constituida por el antiguo pueblo de San Pedro de Tarrasa.

Como es natural, se produjeron con tal motivo algunas averías que fueron rápidamente reparadas, aunque los efectos fueron observados por los ciudadanos, alarmados ante las convulsiones de la línea, seguidas del formidable retumbar del trueno.

Afortunadamente no hay que lamentar desgracias personales.

Anteayer dejó de existir el anciano de 80 años llamado José Salas que, como recordarán nuestros lectores, fue víctima días atrás del tren del Norte.

Las lluvias han eclipsado la magnificencia de las fiestas que los agricultores de ésta habían organizado para ayer.

Dejando aparte los bailes y conciertos a cargo de la banda municipal egarense, no pudieron celebrarse otros festejos.

Alrededor del mediodía de anteayer quedó en libertad el rabassaire del vecino pueblo de Castellbisbal llamado Narciso Buch.

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