martes, 2 de octubre de 2018

El Diluvio, Edición 9 de mayo de 1935, pág. 10


Desde el domingo próximo pasado hasta ayer al mediodía, fueron asistidos en el Dispensario Municipal de esta ciudad, los siguientes ciudadanos heridos en accidentes de más o menos consideración:

Daniel Llambés, domiciliado en esta localidad, quien presentaba fuertes heridas en distintas partes del cuerpo recibidas en el choque que se produjo entre el auto que él mismo guiaba y un árbol de la carretera de Barcelona. Accidente ocurrido en las cercanías de la barriada de Can Palet.

Diego Pérez, con domicilio en la calle del 22 de julio, por sufrir una herida en el rostro producida por la manivela de un aparato instalado en la feria, que al saltar le cayó en la mitad de la cara.

El niño de 6 años, Ramón Gil, habitante con sus padres en la calle Bartrina, 18, que sufrió la mordedura de un perro en el muslo izquierdo, mientras jugaba ante su domicilio. Esto de los perros, pronto será una epidemia endémica en esta ciudad.

Teresa Durán, de 43 años, domiciliada en el Pla de l’Ametllera, 118, la que presentaba importantes heridas a consecuencia del atropello de que fue víctima por el carro número 655, perteneciente a la conocida Agencia Ventayol.

Este caso fue denunciado al Juzgado correspondiente.

El obrero de la brigada de cargadores de la estación del Norte, llamado Victoriano Lanuza y Aza, fue arrollado por un tren mientras hacía maniobras, hiriéndole gravemente en la cabeza por efecto del trompazo dado por la máquina que lo lanzó fuera de la vía.

Recogido por sus compañeros de trabajo, fue trasladado por la ambulancia de la Cruz Roja al benéfico establecimiento antes mencionado, donde le asistió de primera intención, el médico de guardia doctor Durán.

El estado del desgraciado Lanuza, inspira serios temores.

También ha sido presentada la denuncia correspondiente, al Juzgado.

Una joven de 18 años, cuyos nombres se ha negado declarar, sufrió ayer por la mañana, un fuerte ataque que la hizo caer en plena calle.

Recogida por unos ciudadanos, fue trasladada al Dispensario Municipal sin que nada ni nadie pudiera reanimarla. Llevada al local de la Cruz Roja, fue convenientemente conducida al lecho donde volvió en sí al cabo de una hora, marchándose sin que se lograra saber ni sus nombres ni las señas de su domicilio.

Nuevamente ha sido nombrado juez municipal de esta ciudad, el que venía siéndolo, señor José María Sallent y como suplente el señor Juan Sánchez Arbó.

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