lunes, 15 de octubre de 2018

El Diluvio, Edición 21 de mayo de 1935, pág. 23


Fue asistido el ciudadano de 26 años, llamado Andrés Tort, domiciliado en la calle Arquímedes, 66, por sufrir lesiones a consecuencia de una caída realizada mientras paseaba en bicicleta.

También ha sido asistida la anciana llamada Dolores Picasso, habitante en el número 65 de la calle de Galvany.

Dicha mujer se encontró sorprendida en la esquina de la calle de Guttemberg por la presencia de un auto, siendo alcanzada por el mismo que le ocasionó una fuerte herida en la rodilla izquierda.

Se ha presentado del caso la consabida denuncia al Juzgado.

Como parece cosa natural, tampoco faltaron las heridas recibidas de los colmillos de perros que, con gran pasividad de quien sea, se pasean demasiado libremente por la urbe, y, en consecuencia, hubo de presentarse asistencia al ciudadano de 38 años, llamado Faustino Brugal, con domicilio al 48 de la calle de Ricardo Caro.

Y siguiendo la costumbre se presentó la denuncia de rigor ante el Juzgado.

Gracias a la imprudencia los egarenses estuvimos en un tris de presenciar determinada tragedia.

La niña de 11 años Teresa Valls se hallaba limpiándose un vestido con benzina, haciéndolo cerca del fuego. De repente una guspira prendió en la tela y en el cuerpo de la infeliz las llamas destructoras del fuego.

La niña, lanzando horrorosos gritos, salió a la calle intentando, inútilmente, apagar el feroz elemento, cuando un ciudadano quitándose la chaqueta la aprisionó prestamente con la misma, logrando así matar las llamas y salvar la vida a la pobre criatura.

Inmediatamente fue trasladada al Dispensario, juntamente con su tía, que también se quemó las manos, donde los médicos le apreciaron quemaduras de primer y segundo grados, en las piernas, muslos y antebrazos, quedando hospitalizada en la Clínica de la Mutua.

La tía de Teresa pasó a su domicilio una vez asistida, sita en la calle de Granios, 11.

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