Mitin tradicionalista en Tarrasa
Un gran discurso del señor Bau
BARCELONA. — Ayer se
celebró en la ciudad de Tarrasa el anunciado mitin tradicionalista, que ha
constituido un verdadero éxito.
Mucho antes de comenzar
el acto, en el espacioso teatro Principal, el local estaba repleto de público.
Los alrededores del teatro estaban llenos de público, que esperaba la llegada,
de los oradores y diputados, siendo anunciada su llegada con grandes aplausos y
vítores, que se multiplican, puesto el enorme gentío en pie, cuando aparecen en
la presidencia.
Los requetés ocupan
todos los lugares estratégicos, y desde el primer instante se adivina verdadero
calor patriótico.
Empieza el acto el
abogado de Tarrasa señor Ventalló. Recuerda la inauguración del Círculo
Tradicionalista hace años, y relata las persecuciones sufridas, destacando el
heroísmo de las juventudes, luchando siempre por Dios, por España y el ideal.
Hace notar la presencia de uno de los compañeros que fue herido por defender
unas santas religiosas, y el público aplaude fuertemente. Señaló la fuerza de
la doctrina tradicionalista expuesta ayer por el gran Mella, y hoy
magistralmente por el señor Pradera. Presenta a los oradores. (Muchos
aplausos.)
La señorita Urraca
Pastor, que acababa de llegar y que el público saludó con grandes
demostraciones de afecto, usa de la palabra a continuación. Se extiende en
consideraciones sobre el fracaso evidente de la política liberal; expresa que
de la doctrina tradicionalista se han tenido que tomar trozos de su programa si
algún partido ha querido presentar un bagaje de ideología sana. (Aplausos.)
Dice que la mujer
española sabrá cumplir siempre con su deber, y termina con brillantísimos
párrafos que son muy aplaudidos. Un grupo de margaritas le ofrece un ramo de
flores. (Aplausos.)
Don Luis Larramendi es
saludado con aplausos. Con gran brillantez se refiere a las personas que
intervienen en el mitin, y pasa a ocuparse del actual desequilibrio económico,
expresando sus temores ante el constante avance industrial del Japón. Dice que
como el delegado de la autoridad le ha recordado de lo que no puede hablar,
espera que los presentes, aunque nada digan, tendrán en el corazón cuanto él
piensa. (Muchos aplausos.)
Don Casimiro Sangenís.
Al comenzar su parlamento el diputado por Lérida. Se oyen muchos aplausos. Se
refiere a lo expuesto por anteriores oradores. Hace un brillante llamamiento a
los tradicionalistas catalanes, y con entusiasmo dice que con su compañero
señor Bau no les guía otro afán que defender sus Ideales y atender a los
electores. (Aplausos.)
Ataca la política de
Esquerra Catalana, dedica palabras de sentida consideración a la mujer
catalana, y con enardecidos párrafos se ofrece a todos y les anima para el
porvenir. (Prolongados aplausos).
DISCURSO DE DON JOAQUIN BAU
Al levantarse para usar
de la palabra el diputado señor Bau, estalla una gran ovación y se oyen muchos
vivas, tardando un rato en hacerse el silencio.
Las primeras palabras
del señor Bau son sentidas, causan emoción, recordando actuaciones de los
leales de Tarrasa, que le obligan a encontrarse también él en dicho acto.
Dedícales frases de afecto que son muy aplaudidas.
Dice que sus palabras
no son de desunión entre afines, pero que es obligada una crítica serena,
objetiva y honrada, apuntando rectificación de errores para que las gentes no
se desanimen ante el desarrollo de una política que se parece mucho a la
antigua política de turno, y tal vez incluso contra la voluntad de alguno de
los gobernantes. Pero los errores hay que señalarlos y corregirlos. (Muchos
aplausos.)
Se extiende cobre las
elecciones últimas, actuación del Parlamento y revolución del 6 de octubre.
Cuando denunciamos que el Gobierno Samper seguía una política equivocada y de
claudicación en Cataluña, se nos dejó solos a las minorías monárquicas y hasta
por todos los demás se dio un voto de confianza al citado Gobierno. (Aplausos.)
Pero llegó el 6 de octubre—dice-dedicando duras censuras a los autores de
aquellas, sangrientas jornadas. Cree—añade—que nadie se atreverá recabar para
un partido sólo y en preferencia a la gloria del dominio de la revolución, y si
así fuera, a la Comunión Tradicionalista, como siempre, le correspondería el puesto
del desprendimiento y del martirio. (Muchos aplausos).
Quienes vencieron a la
revolución fueron los Cuerpos armados y el glorioso, sufrido, abnegado ejército
español... (Los aplausos y vítores impiden oír las últimas palabras).
— ¿Qué ha pasado después
—dice el señor Bau?— Pues que no escuchando nuestras voces, de estudiar y
aprobar un nuevo estatuto más en consonancia con nuestra personalidad catalana,
costumbres, idioma, etc., pero también más español. (Aplausos). Estamos con el
mismo estatuto, que según sólo ha cambiado de amo. (Aplausos.) Continúa sacando
la consecuencia de la crisis del sistema y expresando que se está imponiendo la
doctrina tradicionalista, doctrina en tácticas distintas y la nuestra, la mía,
es bien clara desde el momento que todos firmamos, debidamente estudiado y
aprobado, un documento del Bloque Nacional y ya se adivinará, dice se
adivinará, dice, que, obedeciendo a nuestra conciencia política, la firma
estampada queda y no se retira fácilmente. (Muchos aplausos).
Para finalizar, el
señor Bau indica deben sentirse todos optimistas y basta recordar desde la
época antigua, como después de un fracaso
de sistema han venido otros, como en el caso presente ellos anuncian.
Recoge frases de
quienes le han precedido y dedica, entre aplausos un recuerdo a los que
sufrieron persecución. (No se perciben las últimas palabras ahogadas por
frenéticos aplausos que duran largo rato.)
EL SEÑOR PRAT PIERA
El jefe provincial,
señor Prat, hace el resumen de los discursos con gran brillantez y se felicita
que aquel aniversario de la fundación del Círculo Tradicionalista, en Tarrasa
haya revestido tanta solemnidad. Dice que debe seguir la campaña iniciada en
Tarragona, en Poblet, en Monserrat y por tanta tierra catalana, y termina dando
gracias a todos, correspondiendo el público con vivas a Cataluña y a España.
El gentío esperó en la
calle la salida de todos los oradores, siendo aplaudidos y vitoreados. Los
diputados, señores Bau y Sangenís, fueron rodeados por el público entre vivas a
Cataluña española y a España, haciendo dentro del mayor orden y seguidos de la
multitud el recorrido a pie hasta el local donde se celebró el banquete.
A las dos y media de la
tarde celebróse el banquete, hablando los señores Ventalló de Tarrasa, diputado
don Joaquim Bau y don Luis Larramendi. En el salón de actos del Círculo
Tradicionalista, a las cinco, celebróse velada cantando el Orfeó del mismo
circulo y usando de la palabra el presidente, los diputados indicados, señores
Larramendi y jefe provincial señor Prat Piera.
El diputado, señor
Sangenís, salió seguidamente para Lérida y el diputado don Joaquín Bau regresó
a Madrid en el expreso de la noche, siendo afectuosamente despedido en el
apeadero de Gracia por numerosos amigos.
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