jueves, 20 de junio de 2019

La Nación (Madrid). 25/11/1935, página 8.


Mitin tradicionalista en Tarrasa

Un gran discurso del señor Bau

BARCELONA. — Ayer se celebró en la ciudad de Tarrasa el anunciado mitin tradicionalista, que ha constituido un verdadero éxito.

Mucho antes de comenzar el acto, en el espacioso teatro Principal, el local estaba repleto de público. Los alrededores del teatro estaban llenos de público, que esperaba la llegada, de los oradores y diputados, siendo anunciada su llegada con grandes aplausos y vítores, que se multiplican, puesto el enorme gentío en pie, cuando aparecen en la presidencia.

Los requetés ocupan todos los lugares estratégicos, y desde el primer instante se adivina verdadero calor patriótico.

Empieza el acto el abogado de Tarrasa señor Ventalló. Recuerda la inauguración del Círculo Tradicionalista hace años, y relata las persecuciones sufridas, destacando el heroísmo de las juventudes, luchando siempre por Dios, por España y el ideal. Hace notar la presencia de uno de los compañeros que fue herido por defender unas santas religiosas, y el público aplaude fuertemente. Señaló la fuerza de la doctrina tradicionalista expuesta ayer por el gran Mella, y hoy magistralmente por el señor Pradera. Presenta a los oradores. (Muchos aplausos.)

La señorita Urraca Pastor, que acababa de llegar y que el público saludó con grandes demostraciones de afecto, usa de la palabra a continuación. Se extiende en consideraciones sobre el fracaso evidente de la política liberal; expresa que de la doctrina tradicionalista se han tenido que tomar trozos de su programa si algún partido ha querido presentar un bagaje de ideología sana. (Aplausos.)

Dice que la mujer española sabrá cumplir siempre con su deber, y termina con brillantísimos párrafos que son muy aplaudidos. Un grupo de margaritas le ofrece un ramo de flores. (Aplausos.)

Don Luis Larramendi es saludado con aplausos. Con gran brillantez se refiere a las personas que intervienen en el mitin, y pasa a ocuparse del actual desequilibrio económico, expresando sus temores ante el constante avance industrial del Japón. Dice que como el delegado de la autoridad le ha recordado de lo que no puede hablar, espera que los presentes, aunque nada digan, tendrán en el corazón cuanto él piensa. (Muchos aplausos.)

Don Casimiro Sangenís. Al comenzar su parlamento el diputado por Lérida. Se oyen muchos aplausos. Se refiere a lo expuesto por anteriores oradores. Hace un brillante llamamiento a los tradicionalistas catalanes, y con entusiasmo dice que con su compañero señor Bau no les guía otro afán que defender sus Ideales y atender a los electores. (Aplausos.)

Ataca la política de Esquerra Catalana, dedica palabras de sentida consideración a la mujer catalana, y con enardecidos párrafos se ofrece a todos y les anima para el porvenir. (Prolongados aplausos).

DISCURSO DE DON JOAQUIN BAU

Al levantarse para usar de la palabra el diputado señor Bau, estalla una gran ovación y se oyen muchos vivas, tardando un rato en hacerse el silencio.

Las primeras palabras del señor Bau son sentidas, causan emoción, recordando actuaciones de los leales de Tarrasa, que le obligan a encontrarse también él en dicho acto. Dedícales frases de afecto que son muy aplaudidas.

Dice que sus palabras no son de desunión entre afines, pero que es obligada una crítica serena, objetiva y honrada, apuntando rectificación de errores para que las gentes no se desanimen ante el desarrollo de una política que se parece mucho a la antigua política de turno, y tal vez incluso contra la voluntad de alguno de los gobernantes. Pero los errores hay que señalarlos y corregirlos. (Muchos aplausos.)

Se extiende cobre las elecciones últimas, actuación del Parlamento y revolución del 6 de octubre. Cuando denunciamos que el Gobierno Samper seguía una política equivocada y de claudicación en Cataluña, se nos dejó solos a las minorías monárquicas y hasta por todos los demás se dio un voto de confianza al citado Gobierno. (Aplausos.) Pero llegó el 6 de octubre—dice-dedicando duras censuras a los autores de aquellas, sangrientas jornadas. Cree—añade—que nadie se atreverá recabar para un partido sólo y en preferencia a la gloria del dominio de la revolución, y si así fuera, a la Comunión Tradicionalista, como siempre, le correspondería el puesto del desprendimiento y del martirio. (Muchos aplausos).

Quienes vencieron a la revolución fueron los Cuerpos armados y el glorioso, sufrido, abnegado ejército español... (Los aplausos y vítores impiden oír las últimas palabras).

— ¿Qué ha pasado después —dice el señor Bau?— Pues que no escuchando nuestras voces, de estudiar y aprobar un nuevo estatuto más en consonancia con nuestra personalidad catalana, costumbres, idioma, etc., pero también más español. (Aplausos). Estamos con el mismo estatuto, que según sólo ha cambiado de amo. (Aplausos.) Continúa sacando la consecuencia de la crisis del sistema y expresando que se está imponiendo la doctrina tradicionalista, doctrina en tácticas distintas y la nuestra, la mía, es bien clara desde el momento que todos firmamos, debidamente estudiado y aprobado, un documento del Bloque Nacional y ya se adivinará, dice se adivinará, dice, que, obedeciendo a nuestra conciencia política, la firma estampada queda y no se retira fácilmente. (Muchos aplausos).

Para finalizar, el señor Bau indica deben sentirse todos optimistas y basta recordar desde la época antigua, como después de un fracaso   de sistema han venido otros, como en el caso presente ellos anuncian.

Recoge frases de quienes le han precedido y dedica, entre aplausos un recuerdo a los que sufrieron persecución. (No se perciben las últimas palabras ahogadas por frenéticos aplausos que duran largo rato.)

EL SEÑOR PRAT PIERA

El jefe provincial, señor Prat, hace el resumen de los discursos con gran brillantez y se felicita que aquel aniversario de la fundación del Círculo Tradicionalista, en Tarrasa haya revestido tanta solemnidad. Dice que debe seguir la campaña iniciada en Tarragona, en Poblet, en Monserrat y por tanta tierra catalana, y termina dando gracias a todos, correspondiendo el público con vivas a Cataluña y a España.

El gentío esperó en la calle la salida de todos los oradores, siendo aplaudidos y vitoreados. Los diputados, señores Bau y Sangenís, fueron rodeados por el público entre vivas a Cataluña española y a España, haciendo dentro del mayor orden y seguidos de la multitud el recorrido a pie hasta el local donde se celebró el banquete.

A las dos y media de la tarde celebróse el banquete, hablando los señores Ventalló de Tarrasa, diputado don Joaquim Bau y don Luis Larramendi. En el salón de actos del Círculo Tradicionalista, a las cinco, celebróse velada cantando el Orfeó del mismo circulo y usando de la palabra el presidente, los diputados indicados, señores Larramendi y jefe provincial señor Prat Piera.

El diputado, señor Sangenís, salió seguidamente para Lérida y el diputado don Joaquín Bau regresó a Madrid en el expreso de la noche, siendo afectuosamente despedido en el apeadero de Gracia por numerosos amigos.

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