DON LUIS HERNANDO DE LARRAMENDI
Es recibido con una
ovación.
Empieza hablando del
optimismo de nuestras masas, aún en el mismo sacrificio.
Cita al poeta latino
«que no está mal poner un grano de locura en la cordura». Voy a poner un poco
de pesimismo al optimismo que ha vibrado en este local.
Elogia el discurso de
la señorita Urraca Pastor y de los demás oradores, destacando las bellas
cualidades que adornan a los mismos.
Vengo a rendir un
tributo de simpatía y admiración a los tradicionalistas de Tarrasa, que han
levantado tan bello Círculo y han organizado un acto como el presente.
Cuando se trata de
defensa de los principios católicos y patrióticos, vamos siempre a la
vanguardia.
Cuando los partidos se
derrumban, permanece el Tradicionalismo. No hace un siglo que existimos, sino
quince, pues somos herederos de la grandeza de nuestra Patria.
Hace un elogio de la
ciudad de Tarrasa, de su Industriosidad, de su historia, pues ya en la Edad
Media producía los tejidos que eran ya famosos.
Esta ciudad es un canto
al trabajo, que ha transformado su industria, adaptándola al progreso de los
tiempos.
Hace el elogio del
trabajo, y en bello párrafo lo enlaza con la ciudad de Tarrasa, y dice que el
Círculo Carlista representa aquel espíritu que une las varias épocas de la
historia de la ciudad que es emporio del trabajo.
Quisiera, dice, presentaros
el fracaso de los principios liberales. Nada práctico, nada útil queda en
España para salvarse, excepto nuestro ideario. Pretender someter los intereses
generales a los de partido o de particulares, es intolerable, y debe fracasar.
Tenemos hombres suficientes
para gobernar; hombres de talento, intelectuales, debidamente preparados. Lo
que nos hace falta es Prensa, es propaganda, es dar importancia a nuestros
hombres y a nuestras cosas.
Rinde un homenaje a
nuestros intelectuales, y cita a «Fabio» (Nuestro queridísimo e incomparable
redactor. (Nota de EL SIGLO FUTURO.)), a quien tributa un homenaje.
Estamos sometidos a
varios partidos, que buscan el interés particular. O un múltiple mandato. Por
esto, tan República es la actual como la anterior al 14 de abril.
Hablemos del problema
obrero. No cabrían aquí los libros que sobre el mismo se han escrito. A pesar
de todo, el problema del paro es una respuesta a todos estos libros. Si no se
resuelve mediante los principios que nosotros defendemos, se convertirá en una
catástrofe.
Se refiere al salario
de hambre de tiempos atrás. Hace historia de las mejoras obreras obtenidas, y
las compara con la situación antigua.
Vienen los partidos
políticos, y estimulan al obrero con fines revolucionarios.
Se van cerrando las
fábricas. Aumenta el paro. Disminuye la tranquilidad. Más hambre, más
agitación.
Por este camino vamos a
la ruina. La perspectiva es triste en las naciones occidentales. En cambio, el
Japón tiene trabajo, y su industria florece. Sus productos son más baratos.
Señala el peligro
oriental. Vendrán los pueblos de color a imponer su fuerza y su civilización.
Proclamamos la paz. No
tenemos confianza en las instituciones en pro de la paz. Se refiere a la guerra
europea, y describe sus horrores.
Se nos habla de
libertad, y aquí está el delegado que me cortará la palabra si hablo de asuntos
que, aunque sean verdad, no agraden a aquellos que lo han mandado aquí.
Nada hay de verdad ni
de estabilidad, debe haber unidad de mando Autoridad digna por encima de todos.
Nuestro Caudillo nos llama a todos. Todos pueden cobijarse bajo sus pliegues.
Termina con un
brillante párrafo, diciendo que nuestra Comunión logrará detener la ruina de la
civilización de nuestra Patria, ruina a que la llevarían los desgraciados elementos
de la revolución que se agitan en España.
El señor Larramendi es
muy aplaudido.
EL SEÑOR PRAT PIERA
cierra el acto con unas
acertadas palabras.
Después de los
elocuentes discursos que habéis oído, creo que únicamente debo pronunciar unas
palabras como colofón.
Evoca los actos de
Poblet y Montserrat, diciendo que fueron un epílogo de una campaña de
propaganda de afirmación de nuestro trilema.
Hoy, en este magno acto
en que celebramos el XXV aniversario de la fundación de nuestro Centro de Tarrasa,
vibramos entusiasmados otra vez.
Manifiesta que se
adhiere a las palabras que ha dirigido a la juventud la señorita Urraca Pastor.
Dirige elogios a
nuestros jóvenes, parangonándoles con los de otras organizaciones y citando sus
hechos heroicos.
Hemos de ser
románticos, como los hombres de Covadonga, de Clavijo, de Femando el Católico,
de Colón, los de la épica Independencia, y como nuestros correligionarios de
Olesa de Montserrat.
Viene a nosotros mucha
gente, pero ya ha pasado el tiempo en que las personas poderosas nos pedían
auxilio cuando corrían peligro su vida y hacienda, abandonándonos después.
Dedica un elogio al
señor Bau.
Cree que de nuestros
actos hemos de sacar consecuencias. Es necesario remover la entraña social. Hay
que imitar a nuestros amigos de Sallent—sede del anarquismo—; constituirse en
Circulo Tradicionalista, dando la cara a la revolución.
Entusiasmo, decisión,
disciplina. De Tarrasa a otra población, y al fin a Madrid. (Gran ovación.)
Terminado el discurso
del digno presidente de la Junta provincial, empieza el público a desfilar.
Gran parte del mismo se
estaciona en la plaza frente al teatro, y ovaciona repetidamente a los
oradores, que suben a los coches respectivos, que los llevan al local donde
debe celebrarse el banquete oficial.
EL BANQUETE
El banquete de homenaje
a los oradores y a las autoridades tradicionalistas tuvo lugar en el
restaurante Tarrasa, y fue impecablemente servido.
A pesar de su carácter
íntimo, se sentaron a la mesa, acompañando a los homenajeados, un centenar de
comensales.
Ocupó la presidencia el
señor Hernando de Larramendi. Estaban a su derecha el señor Prat Piera, la
señorita Urraca Pastor, el señor Sangenís, el señor Tapióla y el señor conde de
Valdellano; y a su izquierda, el señor Bau, el Reverendo Padre Baradat, él señor
Cunill y la señora Cunill, que es presidenta de las «Margaritas».
A la hora del champagne
se pronunciaron elocuentes y sentidos brindis, que fueron unánimemente
aplaudidos. Fueron iniciados por don Luis Ventalló, que ofreció el banquete,
siendo contestado por los señores Bau y Larramendi.
Don Luis Ventalló
saluda a las autoridades del partido presentes en el acto, y a los amigos de
fuera que asisten al mismo.
Ofrece el banquete, y
promete el apoyo de las Juventudes de Tarrasa para la actuación que sea
necesaria a fin de implantar en España lo que todos deseamos.
El señor Bau pronuncia
también un elocuente brindis.
El señor Larramendi
empieza diciendo que estos banquetes íntimos son como un sello de amistad y
afecto.
Recuerdo unos sellos,
los más estimados, los que se guardan en los documentos ancestrales. Son de
cera, pero se conservan con tanta perfección, que todos los habéis visto y
contemplado. La cera blanda es sensible al troquel, pero subsistente a través
de los siglos. Sobre la cera blanda del corazón español que arde con entusiasmo
en Castilla cuando se habla de Cataluña, y en Cataluña cuando se habla de
Castilla, cuando se habla de algo grande y tradicional.
Alto debe ser nuestro
ideal. Estos banquetes deben ser símbolo del gran hogar nacional que guarda el recuerdo
de nuestras grandezas patrias.
Queremos que todos
vengan al gran banquete de la gloria del triunfo.
Termina diciendo que no
ostenta ningún cargo dentro del partido, y que jamás ha ocupado ningún cargo,
excepto el de secretario de Don Jaime de Borbón, al que le llevó el mismo Rey.
Nuestros diputados
ocupan muy dignamente su cargo, y son dignos representantes vuestros. La
autoridad que ostento me la dais vosotros, y creo Interpretar los. sentimientos
de nuestro Caudillo dándoos las gracias y felicitándoos por el éxito de los
actos celebrados.
Nuestros antepasados
lucharon por Dios, por la Patria y por el Rey; también vosotros lo haréis
cuando llegue el momento de la lucha decisiva que ha de llevarnos al triunfo.
Todos fueron muy
aplaudidos.
VISITA AL CIRCULO Y HOMENAJE A RAMÓN MARCET
El acto que por la
tarde tuvo lugar en el amplio local del Círculo Tradicionalista fue
verdaderamente espléndido, digna coronación de la brillante jornada.
El gran salón de actos
no podía contener la inmensa multitud que se apretujaba en los pasillos y
dependencias contiguas, para no perder el menor detalle.
Las autoridades y
oradores ocuparon la presidencia en un estrado levantado a este efecto.
Caldean el ambiente con
elocuentes discursos y vibrantes alocuciones los ilustres oradores de la
mañana. El señor Sangenís y el señor Bau abandonan el local en medio de una
ovación, después de haber hablado, por tener que salir aquella misma noche para
Madrid.
La señorita Urraca
Pastor y el señor Hernando de Larramendi son ovacionados.
Varios de los oradores
se han referido en sus discursos a nuestro querido amigo don Ramón Marcet
Ballber, ex presidente del Círculo y uno de los elementos que más han trabajado
para llevarlo al prestigio y esplendor de qué hoy goza. Por razones de
conveniencia industrial abandona Tarrasa para establecerse en Villarreal. Con
este motivo, los que han sido conciudadanos suyos y que han compartido con él
las luchas y los entusiasmos por el Círculo que cumple sus veinticinco años de
existencia, han querido hacerle objeto de un sentido homenaje.
A este fin, se le hizo
entrega de un artístico pergamino, orlado con emblemas de la Tradición y de la
ciudad de Tarrasa. En el mismo figuraba la siguiente inscripción:
«El Círculo
Tradicionalista de Tarrasa, al firme luchador Ramón Marcet Ballber, al
ausentarse de nuestra ciudad y en testimonio de reconocimiento por su
abnegación, desinterés y sacrificios demostrados en todo momento de su actuación
por la Causa Tradicionalista.»
El señor Marcet
agradeció emocionado el gesto de sus compañeros, mientras era objeto de una
estruendosa ovación.
También nosotros
sentimos su partida a más lejanas tierras, y nos unimos sinceramente al
homenaje de que fue objeto. Que el Señor bendiga sus nuevas empresas.
Terminó el acto en
medio del más ferviente entusiasmo y la más viva satisfacción de todos.
Durante el transcurso
de la gran jornada no ocurrió el más mínimo incidente desagradable que viniera
a empañar el esplendor de los actos celebrados.
DESPUÉS DE LA JORNADA DE TARRASA
Anteayer se dirigió al
Augusto Caudillo Don Alfonso Carlos el siguiente telegrama:
«Círculo
Tradicionalista de Tarrasa. Juventudes, Requetés y «Margaritas», con motivo
celebración bodas de plata de su fundación, reiteran testimonio adhesión y lealtad
inquebrantable. Tapiola, - presidente del Círculo; Prat Piera presidente Junta
provincial.»
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