domingo, 30 de junio de 2019

El Siglo futuro. 28/11/1935, n.º 18.462, página 23.


DON LUIS HERNANDO DE LARRAMENDI

Es recibido con una ovación.

Empieza hablando del optimismo de nuestras masas, aún en el mismo sacrificio.

Cita al poeta latino «que no está mal poner un grano de locura en la cordura». Voy a poner un poco de pesimismo al optimismo que ha vibrado en este local.

Elogia el discurso de la señorita Urraca Pastor y de los demás oradores, destacando las bellas cualidades que adornan a los mismos.

Vengo a rendir un tributo de simpatía y admiración a los tradicionalistas de Tarrasa, que han levantado tan bello Círculo y han organizado un acto como el presente.

Cuando se trata de defensa de los principios católicos y patrióticos, vamos siempre a la vanguardia.

Cuando los partidos se derrumban, permanece el Tradicionalismo. No hace un siglo que existimos, sino quince, pues somos herederos de la grandeza de nuestra Patria.

Hace un elogio de la ciudad de Tarrasa, de su Industriosidad, de su historia, pues ya en la Edad Media producía los tejidos que eran ya famosos.

Esta ciudad es un canto al trabajo, que ha transformado su industria, adaptándola al progreso de los tiempos.

Hace el elogio del trabajo, y en bello párrafo lo enlaza con la ciudad de Tarrasa, y dice que el Círculo Carlista representa aquel espíritu que une las varias épocas de la historia de la ciudad que es emporio del trabajo.

Quisiera, dice, presentaros el fracaso de los principios liberales. Nada práctico, nada útil queda en España para salvarse, excepto nuestro ideario. Pretender someter los intereses generales a los de partido o de particulares, es intolerable, y debe fracasar.

Tenemos hombres suficientes para gobernar; hombres de talento, intelectuales, debidamente preparados. Lo que nos hace falta es Prensa, es propaganda, es dar importancia a nuestros hombres y a nuestras cosas.

Rinde un homenaje a nuestros intelectuales, y cita a «Fabio» (Nuestro queridísimo e incomparable redactor. (Nota de EL SIGLO FUTURO.)), a quien tributa un homenaje.

Estamos sometidos a varios partidos, que buscan el interés particular. O un múltiple mandato. Por esto, tan República es la actual como la anterior al 14 de abril.

Hablemos del problema obrero. No cabrían aquí los libros que sobre el mismo se han escrito. A pesar de todo, el problema del paro es una respuesta a todos estos libros. Si no se resuelve mediante los principios que nosotros defendemos, se convertirá en una catástrofe.

Se refiere al salario de hambre de tiempos atrás. Hace historia de las mejoras obreras obtenidas, y las compara con la situación antigua.

Vienen los partidos políticos, y estimulan al obrero con fines revolucionarios.

Se van cerrando las fábricas. Aumenta el paro. Disminuye la tranquilidad. Más hambre, más agitación.

Por este camino vamos a la ruina. La perspectiva es triste en las naciones occidentales. En cambio, el Japón tiene trabajo, y su industria florece. Sus productos son más baratos.

Señala el peligro oriental. Vendrán los pueblos de color a imponer su fuerza y su civilización.

Proclamamos la paz. No tenemos confianza en las instituciones en pro de la paz. Se refiere a la guerra europea, y describe sus horrores.

Se nos habla de libertad, y aquí está el delegado que me cortará la palabra si hablo de asuntos que, aunque sean verdad, no agraden a aquellos que lo han mandado aquí.

Nada hay de verdad ni de estabilidad, debe haber unidad de mando Autoridad digna por encima de todos. Nuestro Caudillo nos llama a todos. Todos pueden cobijarse bajo sus pliegues.

Termina con un brillante párrafo, diciendo que nuestra Comunión logrará detener la ruina de la civilización de nuestra Patria, ruina a que la llevarían los desgraciados elementos de la revolución que se agitan en España.

El señor Larramendi es muy aplaudido.

EL SEÑOR PRAT PIERA

cierra el acto con unas acertadas palabras.

Después de los elocuentes discursos que habéis oído, creo que únicamente debo pronunciar unas palabras como colofón.

Evoca los actos de Poblet y Montserrat, diciendo que fueron un epílogo de una campaña de propaganda de afirmación de nuestro trilema.

Hoy, en este magno acto en que celebramos el XXV aniversario de la fundación de nuestro Centro de Tarrasa, vibramos entusiasmados otra vez.

Manifiesta que se adhiere a las palabras que ha dirigido a la juventud la señorita Urraca Pastor.

Dirige elogios a nuestros jóvenes, parangonándoles con los de otras organizaciones y citando sus hechos heroicos.

Hemos de ser románticos, como los hombres de Covadonga, de Clavijo, de Femando el Católico, de Colón, los de la épica Independencia, y como nuestros correligionarios de Olesa de Montserrat.

Viene a nosotros mucha gente, pero ya ha pasado el tiempo en que las personas poderosas nos pedían auxilio cuando corrían peligro su vida y hacienda, abandonándonos después.

Dedica un elogio al señor Bau.

Cree que de nuestros actos hemos de sacar consecuencias. Es necesario remover la entraña social. Hay que imitar a nuestros amigos de Sallent—sede del anarquismo—; constituirse en Circulo Tradicionalista, dando la cara a la revolución.

Entusiasmo, decisión, disciplina. De Tarrasa a otra población, y al fin a Madrid. (Gran ovación.)

Terminado el discurso del digno presidente de la Junta provincial, empieza el público a desfilar.

Gran parte del mismo se estaciona en la plaza frente al teatro, y ovaciona repetidamente a los oradores, que suben a los coches respectivos, que los llevan al local donde debe celebrarse el banquete oficial.

EL BANQUETE

El banquete de homenaje a los oradores y a las autoridades tradicionalistas tuvo lugar en el restaurante Tarrasa, y fue impecablemente servido.

A pesar de su carácter íntimo, se sentaron a la mesa, acompañando a los homenajeados, un centenar de comensales.

Ocupó la presidencia el señor Hernando de Larramendi. Estaban a su derecha el señor Prat Piera, la señorita Urraca Pastor, el señor Sangenís, el señor Tapióla y el señor conde de Valdellano; y a su izquierda, el señor Bau, el Reverendo Padre Baradat, él señor Cunill y la señora Cunill, que es presidenta de las «Margaritas».

A la hora del champagne se pronunciaron elocuentes y sentidos brindis, que fueron unánimemente aplaudidos. Fueron iniciados por don Luis Ventalló, que ofreció el banquete, siendo contestado por los señores Bau y Larramendi.

Don Luis Ventalló saluda a las autoridades del partido presentes en el acto, y a los amigos de fuera que asisten al mismo.

Ofrece el banquete, y promete el apoyo de las Juventudes de Tarrasa para la actuación que sea necesaria a fin de implantar en España lo que todos deseamos.

El señor Bau pronuncia también un elocuente brindis.

El señor Larramendi empieza diciendo que estos banquetes íntimos son como un sello de amistad y afecto.

Recuerdo unos sellos, los más estimados, los que se guardan en los documentos ancestrales. Son de cera, pero se conservan con tanta perfección, que todos los habéis visto y contemplado. La cera blanda es sensible al troquel, pero subsistente a través de los siglos. Sobre la cera blanda del corazón español que arde con entusiasmo en Castilla cuando se habla de Cataluña, y en Cataluña cuando se habla de Castilla, cuando se habla de algo grande y tradicional.

Alto debe ser nuestro ideal. Estos banquetes deben ser símbolo del gran hogar nacional que guarda el recuerdo de nuestras grandezas patrias.

Queremos que todos vengan al gran banquete de la gloria del triunfo.

Termina diciendo que no ostenta ningún cargo dentro del partido, y que jamás ha ocupado ningún cargo, excepto el de secretario de Don Jaime de Borbón, al que le llevó el mismo Rey.

Nuestros diputados ocupan muy dignamente su cargo, y son dignos representantes vuestros. La autoridad que ostento me la dais vosotros, y creo Interpretar los. sentimientos de nuestro Caudillo dándoos las gracias y felicitándoos por el éxito de los actos celebrados.

Nuestros antepasados lucharon por Dios, por la Patria y por el Rey; también vosotros lo haréis cuando llegue el momento de la lucha decisiva que ha de llevarnos al triunfo.

Todos fueron muy aplaudidos.

VISITA AL CIRCULO Y HOMENAJE A RAMÓN MARCET

El acto que por la tarde tuvo lugar en el amplio local del Círculo Tradicionalista fue verdaderamente espléndido, digna coronación de la brillante jornada.

El gran salón de actos no podía contener la inmensa multitud que se apretujaba en los pasillos y dependencias contiguas, para no perder el menor detalle.

Las autoridades y oradores ocuparon la presidencia en un estrado levantado a este efecto.

Caldean el ambiente con elocuentes discursos y vibrantes alocuciones los ilustres oradores de la mañana. El señor Sangenís y el señor Bau abandonan el local en medio de una ovación, después de haber hablado, por tener que salir aquella misma noche para Madrid.

La señorita Urraca Pastor y el señor Hernando de Larramendi son ovacionados.

Varios de los oradores se han referido en sus discursos a nuestro querido amigo don Ramón Marcet Ballber, ex presidente del Círculo y uno de los elementos que más han trabajado para llevarlo al prestigio y esplendor de qué hoy goza. Por razones de conveniencia industrial abandona Tarrasa para establecerse en Villarreal. Con este motivo, los que han sido conciudadanos suyos y que han compartido con él las luchas y los entusiasmos por el Círculo que cumple sus veinticinco años de existencia, han querido hacerle objeto de un sentido homenaje.

A este fin, se le hizo entrega de un artístico pergamino, orlado con emblemas de la Tradición y de la ciudad de Tarrasa. En el mismo figuraba la siguiente inscripción:

«El Círculo Tradicionalista de Tarrasa, al firme luchador Ramón Marcet Ballber, al ausentarse de nuestra ciudad y en testimonio de reconocimiento por su abnegación, desinterés y sacrificios demostrados en todo momento de su actuación por la Causa Tradicionalista.»

El señor Marcet agradeció emocionado el gesto de sus compañeros, mientras era objeto de una estruendosa ovación.

También nosotros sentimos su partida a más lejanas tierras, y nos unimos sinceramente al homenaje de que fue objeto. Que el Señor bendiga sus nuevas empresas.

Terminó el acto en medio del más ferviente entusiasmo y la más viva satisfacción de todos.
Durante el transcurso de la gran jornada no ocurrió el más mínimo incidente desagradable que viniera a empañar el esplendor de los actos celebrados.

DESPUÉS DE LA JORNADA DE TARRASA

Anteayer se dirigió al Augusto Caudillo Don Alfonso Carlos el siguiente telegrama:

«Círculo Tradicionalista de Tarrasa. Juventudes, Requetés y «Margaritas», con motivo celebración bodas de plata de su fundación, reiteran testimonio adhesión y lealtad inquebrantable. Tapiola, - presidente del Círculo; Prat Piera presidente Junta provincial.»



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