sábado, 14 de abril de 2018

La Vanguardia, Edición del sábado, 22 diciembre 1934, página 34


Diligencias de un juez

Ha regresado de Tarrasa el juez permanente comandante Urrutia, quien en aquella población ha refundido en una tres de las causas que se tramitaban.

Como consecuencia de las diligencias practicadas, propuso la libertad de Andrés Martínez Gil, Luis de la Casa Alonso, Sebastián Giles Mateo, Pedro Sagredo Blanes y Ramón Rusiñol.

De estos dos últimos pudo comprobar que el primero no había tomado parte en los sucesos, sino que al huir de un tiroteo se refugió en una clínica a la que llegaron las balas, una de las cuales le alcanzó en una pierna. El juez comprobó que la herida en la pierna coincidía con la altura del agujero que izo el proyectil en la puerta al penetrar en la habitación donde se había cobijado el fugitivo.

Respecto del otro también comprobó que no había participado en los sucesos y que la herida que sufría la recibió estando paseando con su padre en la plaza de la población. A uno de los paisanos armados que transitaban por aquel lugar se le disparó el arma y el proyectil fue a herir al mencionado Rusiñol.

En otra de las causas de Tarrasa que instruye el comandante Urrutia comprobó también que un individuo llamado Ernesto Navarro Mur, que fue detenido en el bar Escuela y al que se creía atracador no lo es, sino que estando en dicho bar, algo ebrio tuvo una acción que los que se hallaban en el establecimiento interpretaron, como iniciación de un atraco.

Este individuo ha sido puesto en libertad, con fianza personal, pues se le seguirá causa por tenencia ilícita de armas.


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