miércoles, 7 de noviembre de 2018

El Diluvio, Edición 16 de junio de 1935, pág. 12


Mientras efectuaba el reparto a domicilio de los encargos recibidos, el recadero local Roche, tenía el carrito estacionado ante la prestigiosa sastrería egarense “El Blau”, establecida en la calle de San Pedro, cuando presentóse el camión de reparto de la casa Canelones “El Pavo”, y al darse cuenta el conductor de que tenía el paso justísimo, empezó a maniobrar, haciéndolo con tan mala fortuna que dio un fuerte topetazo al carro citado, yendo éste a parar encima de uno de los grandes escaparates de la mencionada sastrería.
Del accidente resultaron los escaparates hechos añicos, el carro con fuertes desperfectos y el caballo con profundas heridas.

Se presentó la oportuna denuncia el Juzgado.

La suspensión de pagos del Banco Catalán Hipotecario ha causado enorme conmoción en esta ciudad, ya que esta sucursal era, sin duda, una de las que más amplios vuelos había desplegado, siendo el pequeño comerciante y ahorro el que más castigado ha salido del “crack”.

Se asegura que pasan de mil las personas que tenían depósitos en el Banco citado, siendo en casi su totalidad depósitos que oscilan entre las diez a veinte mil pesetas.

Ante estos datos podrá el lector formarse una idea de la trascendencia que ha tenido en esta localidad, el tropezón financiero del Banco Catalán Hipotecario.

La policía de esta ciudad trabaja activamente en relación con las detenciones efectuadas el miércoles próximo pasado.

Se practicaron diversos registros en domicilios de conocidos extremistas, asegurándose, a pesar del mutismo de la policía, que fueron halladas algunas armas.

Nuevamente se practicaron detenciones, siendo poco después puestos en libertad algunos de ellos y mantenidas otras.

Daremos más detalles cuando podamos enterarnos de otras noticias relacionadas con este episodio policíaco.

En el Dispensario se trabaja de lo lindo. He aquí una relación de los dos últimos días:

Manuel Roca, de 22 años, habitante en la calle de Pi y Margall, 34, de heridas de pronóstico reservado, producidas por el atropello de que fue víctima por el camión de la matrícula B número 45.907, cuyo vehículo se dio a la fuga, siendo denunciado el hecho al Juzgado.

Miguel Obiols, de 22 años, con domicilio en la calle de la Cruz, 67, que sufría una profunda herida en el pie izquierdo, producida por una herramienta mientras efectuaba algunos trabajos en su propio domicilio.

Luis Soldevila, de 12 años, con domicilio en la calle Vinyals 43, de heridas en la espalda y parietal izquierdo a consecuencia de una caída casual.

Ramón Pauls y Margarol, de 8 años, domiciliado en el número 43 de la calle Blasco de Garay, de lesiones a las órbitas de los ojos, producidas por la explosión de cohetes verbeneros que se venden a pesar de las órdenes prohibitivas que estos días ha hecho públicas la Alcaldía.

Y como siempre, la epidemia endémica de esta localidad ha producido cuatro heridos durante los últimos dos días. Helos aquí:

Ángela Turu de 17 años, habitante en la Carretera de Olesa, 8, Santiago Elmena, de 7 años, con domicilio en la calle Fuente Vieja, 27, Anita López de 5 años, domiciliada en la calle de Edison; y la señorita María Gracia Castanyer, de 21 años, con domicilio en la Plaza de M. Jacinto Verdaguer.

Los tres primeros heridos lo fueron por perros ajenos, a quienes el cuidado de unos y la negligencia de otros, les permite ocasionar serios disgustos. La última lo fue por un can de su propiedad, lo que podrá haberle enseñado que con dichos animales no se puede jugar.

¿Hasta cuándo persistirá esta epidemia canina y la negligencia de las autoridades?

En el momento de tirar al correo la presente correspondencia, se ha declarado un incendio en unos parajes de unas casas agregadas al sanatorio antituberculoso de Can Viver.

Rápidamente han salido para sofocar las llamas al servicio de bomberos y material de esta ciudad, cuyos resultados no podremos saber hasta dentro de unas horas.

En la próxima edición daremos más detalles de dicho incendio.

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