viernes, 23 de noviembre de 2018

El Diluvio, Edición 5 de julio de 1935, pág. 11


A la ciudadana Milagros Peris, domiciliada en la Carretera de Martorell, 214, le timaron 2.500 francos por el tan conocido procedimiento de las misas.

El “negocio” se efectuó en plena Rambla de Egara.

Ayer por la mañana prestó declaración ante el Juzgado de Instrucción de esta ciudad el jefe de la sucursal que el Banco Catalán Hipotecario tiene establecido en Tarrasa.

Parece que las diligencias citadas obedecen a la tramitación que del curso de la tan sonada suspensión, viene llevando a cabo el Juzgado de esta ciudad.

Se ignora en absoluto los extremos de la declaración del ex alcalde gestor, señor Francisco Llongueras, que, como es sabido, es el director de la sucursal egarense del Banco suspendido.

Mientras efectuaba un reconocimiento de la cárcel de ésta el jefe de la misma, señor José Gascón, quien iba acompañado de otro empleado, dióse cuenta que algo sospechoso había detrás de una puerta que se halla en el patio.

Efectivamente, no se engañó el citado señor, ya que una vez abierta la puerta de referencia, se vio en la pared un enorme boquete por el cual se habrían fugado, sin duda, durante la mañana siguiente todos los presos en la mencionada cárcel.

Avisada la brigada municipal, ésta se trasladó inmediatamente al sitio de referencia, reparando rápidamente la pared.

Dos individuos de los presos han sido incomunicados en celdas de castigo por creérseles los autores del Planeamiento de la fuga.

Marcos Sallarés, de 59 años, con domicilio en la calle de Pi y Margall, 192, fue víctima de una agresión un tanto extraña.

Cuando el citado ciudadano se dirigía a su casa, al cruzar la Rambla de Egara y calle de Arquímedes, dos jóvenes, al parecer novios, que iban estrechamente enlazados, se les acercaron, y al estar junto a su lado, el joven cogió la solapa de la americana del Marcos, diciéndole “Escuchadme”.

El Sellarés creyóse se trataba de un atraco y, agachándose, huyó, pero no había hecho muchos pasos cuando sonó un disparo que le hirió en la cabeza.

La pareja de marras desapareció instantáneamente, mientras unas personas que cruzaban la calle recogieron el herido y en un coche lo trasladaron al Dispensario Municipal, en cuyo centro se presentó la guardia civil, que tomó declaración al herido.

Se ignora quién pudo ser el agresor.

Ayer al mediodía, el muchacho de 13 años llamado José Valls, con domicilio en la calle de San Quirico, 22, 2º, que salía del Centro Social, cruzó la calle Fuentevieja, sin tener en cuenta que tenía un coche a poca distancia, el cual a pesar del frenazo, le dio un violento golpe lanzándolo sobre la acera.

Recogido por el mismo auto, fue llevado al Dispensario, donde le asistieron de una importante herida en la cabeza y contusiones en las rodillas.

Después de curado de primera intención, fue trasladado al accidentado a la Clínica del Seguro.

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