sábado, 10 de noviembre de 2018

El Diluvio, Edición 19 de junio de 1935, pág. 11


Como dijimos, se incendiaron unos pajares muy cerca del Sanatorio de Can Viver, donde acudieron el servicio de incendios de esta ciudad, el cual, después de grandes esfuerzos, lograron localizar las llamas, evitando así su propagación a unas cercanas construcciones.

No ocurrieron desgracias personales, calculándose las pérdidas sufridas en 1.500 pesetas.

Por las autoridades correspondientes ha sido procesado un ciudadano en cuyo domicilio, según denuncia de la policía, les fueron encontrados documentos comprometedores y una pistola “Astra”.

Los afectados por la suspensión de pagos del Banco Catalán Hipotecario, residentes en esta localidad, celebraron una reunión en el Cine Alegría, donde después de importante debate, se nombró una Comisión que ha de hacer los trabajos preliminares para la constitución de una Asociación civil, la que tendrá por objetivo la defensa de los intereses amenazados por la suspensión mencionada.

Como ya indicamos en pasadas ediciones, los perjudicados residentes en esta ciudad, son más del millar, sumando sus créditos, en conjunto, cinco millones de pesetas.

Lo que puede dar una idea de las tragedias que por ciertos hogares ha suscitado el encontronazo financiero.

Durante el último domingo, la desgracia se cebó en los ciclistas locales, algunos de los cuales sufrieron importantes heridas.

Miguel Lleonart, que ha tomado parte varias veces en la Vuelta a Cataluña, cayó de su bicicleta en plena calle, produciéndose lesiones en la pierna izquierda y otras partes del cuerpo, calificadas de pronóstico reservado.

José López Pascual, de 32 años, domiciliado en la carretera de Rellinars 232, fue encontrado en medio de la carretera de Martorell, entre un charco de sangre, y un poco más allá, hallábase un biciclo completamente destrozado.

Recogido por la Ambulancia de la Cruz Roja, fue conducido al dispensario donde el médico de guardia le apreció las lesiones siguientes: extensas heridas contusas en la cabeza, fractura de la frente y del fémur izquierdo, en su tercio medio.

Después de asistido, ingresó en grave estado en el Hospital local, donde recobró un poco el conocimiento, declarando que cayó de su bicicleta mientras bajaba a gran velocidad por la pendiente de la carretera donde fue hallado.

Jaime Simó, de veinte años, habitante en la calle San Genís 132, fue recogido en la carretera de Olesa, en la cual yacía sin conocimiento y muy cerca su bicicleta destrozada.

Conducido al Dispensario se le apreciaron: una importante herida en la región frontal; otra en el labio superior; hematoma en el ojo derecho y conmoción cerebral.

En grave estado fue conducido a su domicilio, después de asistido conveniente.

Josefa Corzo, de 59 años, domiciliada en la calle Columela, número 19, tuvo la mala idea de encender la cocina mojando el carbón con alcohol, y, al prenderle fuego con una cerilla, fue tan extensa la llama, que rápidamente se le prendió fuego en las ropas de la pobre mujer.

Esta al verse envuelta por el fuego, trató de combatirlo con sus propias manos, no logrando sino que extender más la acción del voraz elemento, y presa de pánico y dolor, dio grandes gritos de auxilio. Acudieron los familiares de la desgraciada y, después de algunos esfuerzos, lograron sofocar el fuego que había prendido en su cuerpo.

Avisada la Cruz Roja, ésta la trasladó al Dispensario, donde fue asistida de primera intención, siendo trasladada después a la Clínica de El Seguro.

Las quemaduras que sufre fueron calificadas de tercer y segundo grados, desconfiando los facultativos de salvarle la vida.

A las cinco de la madrugada del domingo último, un coche procedente de Barcelona, que pasó por esta ciudad, al hallarse a la calle de Colón y debido al viraje, una muchacha que iba en el mencionado vehículo, tuvo la desgracia de caer en el interior del mismo, produciéndose heridas de más o menos importancia en las rodillas y manos.

Fue asistida en el Dispensario.

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