DELEGACIÓN GENERAL DE
ORDEN PUBLICO
Manifestaciones del delegado general
Ayer, a primeras horas de la tarde, el delegado general de
Orden Público, recibió a los periodistas, manifestándoles que no tenía ninguna
noticia que facilitarles.
—Se trabaja mucho —añadió—- aunque no con el resultado
práctico que fuera mi deseo.
Preguntado por un informador sobre al en la noche anterior se
habían efectuado varias detenciones, dijo:
—Creo que sí. Pero ya saben ustedes que a todos los pongo a disposición
del juzgado instructor del asunto por el cual han sido detenidos. En este caso
es el núm. 6, que, como saben instruye el sumario por el asesinato de los
hermanos Badía.
—¿Puede decirnos algo sobre un suceso ocurrido en Tarrasa?
Preguntó un periodista.
—Si ustedes no me enteran... Porque es que no se nada de lo
que están diciendo.
—Se trata—insistió el periodista—, de que, según nuestras
referencias, una obrera que iba por la carretera de Tarrasa a Sabadell le
salieron al paso dos individuos, los cuales la amenazaron con sendas pistolas y
que al intentar defenderse le hicieron cuatro disparos, hiriéndola gravemente.
—Pues ya me enteraré de lo que haya y por la noche, en el
supuesto de que resulte cierto, ya les informaré detalladamente.
—Y con respecto al descubrimiento de los asesinos de los
hermanos Badía, ¿se siente optimista? Preguntó un repórter.
—Ya saben que siempre lo soy yo con respecto a la labor de la
policía. Y ahora quizá más por cuanto puedo añadirles que se está llevando a
cabo la reorganización policíaca que yo siempre he preconizado.
—¿Cuántos agentes de los que estaban al servicio de la
Generalidad, han reingresado? —preguntaron los periodistas
—Pues nada menos que seiscientos ochenta. Y así ya se puede
trabajar, terminó diciendo el señor Casellas.
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