viernes, 3 de mayo de 2019

El Diluvio, Edición 26 de septiembre de 1935, pág. 10


ACCIDENTE MORTAL :: SUICIDIO :: ATROPELLOS :: OTRAS NOTICIAS.

A última hora del sábado el obrero de la casa Jover y Compañía, llamado Pedro Serra, de 24 años, sufrió un accidente en el trabajo que le costó la vida.

El citado obrero trató de arreglar la luz eléctrica que había en la máquina donde trabajaba, y como buscase apoyo en los tubos de la calefacción, sin darse cuenta del peligro que representaba, al tocar la instalación recibió tan tremenda descarga eléctrica que murió instantáneamente.

Sus compañeros de trabajo con gran rapidez cortaron la corriente, tratando de dar auxilio al infortunado Serra, practicando la respiración artificial, pero todo resultó inútil.

Avisado el Juzgado, éste se personó en la fábrica y después de practicadas las diligencias del caso se ordenó el traslado del cadáver al depósito judicial, siendo cumplimentada seguidamente por la Cruz Roja.

El desgraciado obrero trabajaba en dicha fábrica en calidad de temporero, y solamente faltaba media hora para terminar la jornada que ponía término a su contrato de trabajo.

Aproximadamente a la misma hora el anciano Agustín Simón Torrents, de 60 años de edad, se encaramó en el centro del puente del Paseo García Hernández, lanzándose al vacío, ante el estupor y la imposibilidad de evitarlo de varias personas que por allí pasaban, tan rápida fue la acción.

Varios ciudadanos bajaron al fondo, encontrando el cuerpo del desgraciado sin vida, avisando al Juzgado que en aquellos momentos se hallaba en la fábrica Jover y Compañía realizando las diligencias por el mortal accidente de que hemos dado cuenta.

Cuando se personó el Juzgado ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al depósito judicial.

Según nuestros informes, en los bolsillos de la ropa que vestía el suicida se encontró una carta que se halla en poder del Juzgado, aunque no hemos podido averiguar su contenido.

El suicida era muy conocido y querido en esta ciudad, sorprendiendo su fatal decisión. Sin embargo, dícese que tenía actualmente las facultades mentales perturbadas.

Cerca de las cuatro de la tarde del domingo un auto atropelló a la niña de tres años Manuela Murcia, recibiendo un golpe que la lanzó a regular distancia.

Trasladada al Dispensario, el médico de turno calificó las heridas de pronóstico reservado.

No hay comentarios: