TARRASA. — Alrededor de
las nueve de la mañana dos vagones de un tren de mercancías que, cargado de
piedra y tierra, se dirigía a Tarrasa se desprendieron del convoy al llegar a
las cercanías de la estación.
Como en aquel sitio
existe una pendiente, muy pronunciada, los vagones emprendieron velocidad
vertiginosa en dirección a Rubí.
Al llegar a la estación
de Las Fonts, en el término de Tarrasa, el jefe de la misma comunicó lo ocurrido
a Rubí, solicitando que no se diera salida al tren de viajeros que tiene su
llegada a Tarrasa a las nueve en punto, pero no se pudo evitar, y a que el tren
había salido minutos antes.
SOBREVIENE EL CHOQUE
A pesar de los
esfuerzos del maquinista del tren de viajeros, los vagones desprendidos del
tren de mercancías alcanzaron al otro chocando violentamente contra la
locomotora, quedando uno de ellos empotrado y el conductor quedó envuelto entre
los restos de los vagones, máquina del tren de viajeros y tierra que
transportaban los primeros.
Otros restos penetraron
en un coche de segunda clase, alcanzando a varios viajeros.
LAS VICTIMAS
El conductor del tren
de Tarrasa resultó muerto, se llamaba Emilio Canalis, de cuarenta años, casado,
vecino de Sarria. Hay siete heridos.
La mayoría de ellos son
vecinos de Barcelona, que marchaban a Tarrasa, con motivo de celebrarse el
mercado semanal.
Se dedican grandes
elogios a la conducta del conductor del tren de viajeros, que logró aminorar la
catástrofe, pagando con su vida el cumplimiento del deber.
(Mencheta.)
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