miércoles, 8 de mayo de 2019

La Nación (Madrid). 2/10/1935, página 9.


TARRASA. — Alrededor de las nueve de la mañana dos vagones de un tren de mercancías que, cargado de piedra y tierra, se dirigía a Tarrasa se desprendieron del convoy al llegar a las cercanías de la estación.

Como en aquel sitio existe una pendiente, muy pronunciada, los vagones emprendieron velocidad vertiginosa en dirección a Rubí.

Al llegar a la estación de Las Fonts, en el término de Tarrasa, el jefe de la misma comunicó lo ocurrido a Rubí, solicitando que no se diera salida al tren de viajeros que tiene su llegada a Tarrasa a las nueve en punto, pero no se pudo evitar, y a que el tren había salido minutos antes.

SOBREVIENE EL CHOQUE

A pesar de los esfuerzos del maquinista del tren de viajeros, los vagones desprendidos del tren de mercancías alcanzaron al otro chocando violentamente contra la locomotora, quedando uno de ellos empotrado y el conductor quedó envuelto entre los restos de los vagones, máquina del tren de viajeros y tierra que transportaban los primeros.

Otros restos penetraron en un coche de segunda clase, alcanzando a varios viajeros.

LAS VICTIMAS

El conductor del tren de Tarrasa resultó muerto, se llamaba Emilio Canalis, de cuarenta años, casado, vecino de Sarria. Hay siete heridos.

La mayoría de ellos son vecinos de Barcelona, que marchaban a Tarrasa, con motivo de celebrarse el mercado semanal.

Se dedican grandes elogios a la conducta del conductor del tren de viajeros, que logró aminorar la catástrofe, pagando con su vida el cumplimiento del deber. 

(Mencheta.)

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