EL AMBIENTE GROSERO DE BARCELONA.
“El Diluvio”
del día 27 se ahogaba por el ambiente de grosería que hay en Barcelona. Es
insoportable, decía, el ambiente de ordinariez en que vivimos. Muchos son los
que, por lo visto creen que el revolucionario ha de mostrarse duro, hosco e
incivil con sus conciudadanos para que éstos le teman y huyan de ellos con
pavor.
No es eso,
camaradas revolucionarios. El trato enérgico que debemos dar a nuestros
enemigos, los fascistas de toda laya, no excluye la civilidad y la corrección
de modales y la convivencia con todo ciudadano.
Y remacha así
el clavo el periódico barcelonés: “los revolucionarios que con la dureza de su
gasto y lo avinagrado de su carácter repelen el trato de las gentes, proceden
mal, porque hacen antipática a la revolución”.
El mismo
diario barcelonés, en el número indicado del día 27, daba cuenta de estos dos
sucesos que demuestren que, en efecto, no es la civilidad y la corrección de
modales la que preside la vida en Cataluña:
“En las
proximidades de Subitata ha sido hallado el cadáver de un campesino, y en el
camino de Martorell a Castellar, otro, pero este último había sido quemado, sin
duda para que no fuese reconocido.
Ha sido
denunciado a la policía, que al pasar el autobús 55.186-B, por la carretera de
Tarrasa a Ullastrell, fue parado por un grupo de desconocidos, que amenazando a
los ocupantes del vehículo con armas largas, les obligaron a bajar,
apoderándose de él y desapareciendo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario